Desvelando la Consciencia

«Mientras no logres transformar lo inconsciente en consciente, lo inconsciente guiará tu vida y tú lo llamarás destino».

Cuando estás atento a la Vida, puedes leer los mensajes o señales con los que se expresa, para luego tomar decisiones conscientes. La vida se expresa de distintas formas y habla a través de los hechos, personas o situaciones que tenemos en la vida.

Ser libres es una capacidad natural de la persona humana. Continuamente estamos eligiendo, aunque hayamos sido entrenados para creer que, o no tenemos elección o bien somos libres porque podemos elegir entre muchas opciones que nos ofrece el sistema.

Por muchos esfuerzos que realicemos, es el estado de conciencia el que crea nuestro mundo y si no hay un cambio en ese nivel interno, nada lograremos por mucho que hagamos.

En la vida tenemos un propósito interno y otro externo. El propósito interno se relaciona con el Ser y es primario. El propósito externo se relaciona con el hacer y es secundario.

Para descubrir el espacio interior, la vida que te vive, no hace falta complicarse. Es sencillo y profundo. Entra a la vida desde donde estás ahora.

Cuando estamos presentes, cuando nuestra atención está totalmente en el ahora, la presencia penetra en lo que hacemos y lo transforma. Imprime calidad y poder a nuestras obras.

La forma como reaccionamos ante las personas y situaciones, especialmente en momentos difíciles, es el mejor espejo de lo que somos y de lo que de verdad nos importa. Y eso muchas veces es muy diferente de lo que decimos o creemos que nos importa.

La liberación del cuerpo del dolor solo puede darse en estado de presencia. Pero tenemos un primer paso intermedio para hacer el camino: la posición del observador. Cuando la energía del cuerpo del dolor se libera, una parte se transforma en otra cualidad energética en esa persona.

El cuerpo del dolor es el campo de energía que habita en nuestro cuerpo como consecuencia de la acumulación de emociones no observadas. Y se retroalimenta con pensamientos negativos que generan más energía emocionalmente dolorosa.

Revisamos en este capítulo qué roles o personajes adoptamos en la vida cotidiana: en la familia, en el trabajo, en las relaciones con los demás y conmigo misma. ¿Puedes dejar de buscar una identidad en el pensamiento? En la presencia no hay identidad. Definirte a través del pensamiento es limitarte.

Retomamos la identificación del ego en las situaciones cotidianas: la necesidad de sobresalir, de ser especial, de tener el control; la necesidad de tener poder, de recibir atención, de poseer más. Y, por supuesto, la necesidad de sentir la separación, es decir, la necesidad de la oposición, de tener enemigos.